El cultivo del cannabis en exterior se puede realizar de dos maneras diferentes. En pote o directamente, en plena tierra. La elección de cultivar marihuana en plena tierra es la más sencilla. Un poco de preparación y organización permitirán tener plantas en plena salud a lo largo del cultivo con rendimientos fenomenales.
El espacio en el cual las plantas se establecen es importante. Para que se beneficien de una insolación lo más larga posible, un lugar situado en plano Meridional sigue siendo el más óptimo. El éxito de un cultivo en plena naturaleza depende de un gran número de parámetros… naturales. Es necesario pensar en depredadores, insectos o animales y también a los depredadores de dos piernas de la clase ladrón o delator. La discreción en todos los casos es altamente importante con el fin de asegurarse consumir su marihuana preservando al mismo tiempo su libertad.
Los cultivadores de exterior curtidos eligen los lugares más inaccesible. Un rincón lleno de zarzas, malezas y ortigas impedirá – o al menos limitará – los ataques de herbívoros. También es una buena defensa para el listillo cuyo pasatiempo favorito es robar el trabajo de los demás.
Otro punto importante: el agua. Un río a proximidad asegurará que la planta pueda abastecerse yendo a buscar agua en profundidad por las raíces. En el caso contrario, obligará al cultivador a venir regularmente para regar.
Todo el mundo no tiene la oportunidad de vivir en una isla cuya tierra volcánica es tan fértil que todo crece. Entonces, es necesario preparar la tierra. Los cultivadores outdoor cavan generalmente un agujero de 60 cm de profundidad. Este agujero se llena con estiércol, con perlita y con mantillo. La superficie se cubre de paja de un grosor de una decena de centímetros. La paja permite conservar la humedad lo que es muy práctico los días de sequía. Otros inspirándose en el permacultivo hacen crecer en torno a la planta albahaca y hierbabuena. Estas dos plantas olorosas repelen a los insectos.
En el caso de un cultivo en exterior en plena tierra, se utilizan dos métodos para la germinación de las semillas de cannabis. La primera consiste en meter las semillas en potes de 1 L el tiempo que la planta produzca 4 a 5 pisos de hojas de 5 palas. Luego de colocarlas en el espacio de cultivo definitivo. El segundo método se resume a meter la semilla directamente en la tierra y mimarla el tiempo que se vuelva fuerte y sólida.
Más vale prevenir. En la naturaleza, las agresiones son corrientes. Un insecticida preventivo protegerá la planta. El aceite de neem es una solución completamente orgánica y natural. Pulverizar este producto sobre las hojas al principio y en medio de la huerta permite crear un escudo contra los pulgones, los sona blancas, las arañas rojas, cochinillas, viajes, etc Este producto se deteriora naturalmente y garantiza el consumo de un producto sano.